Glasgow y el mundo exigen justicia climática | El Correo
Una enorme manifestación recorrió este sábado por la tarde las calles de Glasgow para presionar a los participantes en la cumbre climática con el fin de que tomen acciones más decisivas sobre el cambio climático. Aunque la marcha incluía grupos de gran diversidad, parece evidente que la mayoría de las decenas de miles que participaron en la marcha son críticos del sistema de gobernación general.
El tiempo no deparó justificaciones para la alarma en esta jornada, ventosa y lluviosa, que encaja con lo que es habitual en el otoño escocés. Pero tampoco cohibió a los participantes, que atravesaron el centro de la ciudad en un ambiente festivo, con innumerables banderas y colores, con bandas de tambores o de trompetas, coreando eslóganes.
Margaret Murchie, contable jubilada, de 74 años, observaba la marcha enarbolando una bandera de Escocia. «Quiero mostrar mi apoyo a la manifestación», decía. «Creo que si Escocia fuese un país independiente podríamos ayudar más al planeta –aprovechaba para criticar en tono político-. Hemos alcanzado niveles muy altos de renovables, pero el Gobierno de Westminster es un lastre».
Un fuerte chaparrón obligó a refugiarse bajo la cubierta en el acceso a la cocina de un restaurante. Llegaba corriendo una pareja letona. Viven en Escocia y habían venido en coche a Glasgow. ¿A la manifestación? «No», señalaba él, «a tiendas». «¿Sabes dónde está la de O2?» ¿Les preocupa el cambio climático? «No, no, no», apuntaba él. «Un día sol, otro lluvia, cambia todos los días».
Graeme Wilcox, pintor artístico de 54 años, se pronunciaba en un sentido similar. «Glasgow tiene una larga tradición de protesta y la gente sale a la calle cuando cree que la causa es justa», afirmó. ¿Qué es la justicia climática? «Que la gente sea escuchada –dijo-. Todos saben que los signos dicen que las cosas están empeorando y empeorando para mucha gente del mundo. Es mostrar solidaridad».
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— Aidan O’Sullivan Sat Jul 03 17:13:54 +0000 2021
A Wilcox le gusta «que en estas manifestaciones ves a la gente que está siendo directamente afectada por el calentamiento, y lo hace real». ¿Y la COP26? «Eso parece existir en otro plano. Es gente que toma decisiones, pero no está clara la acción. Es inevitable ser escéptico, porque ha habido ya 26 y las cosas no han mejorado. Eso es un hecho simple».
Indigenismo
Entre los representantes de poblaciones indígenas había un grupo de habitantes de la Araucanía, en el sur de Chile. Alfredo Caniullan, lonco o autoridad política hereditaria en la tradición mapuche, afirmaba que el cambio climático les afecta «mucho en todos los ámbitos». «En la vida, en la naturaleza, la medicina, el agua principalmente,...», decía.
El problema del agua se debe, en su opinión, a que «hay muchas extracciones y tras la deforestación crean el monocultivo de eucaliptos y pinos, que son malos para la tierra y la secan». Se quejaba Caniullan de que, por su protesta, el Estado de Chile les ha militarizado y criminalizado. «Ayer (viernes) murieron dos hermanos por defender sus derechos, en este caso su vida», lamentaba.
Londres fue otra de las ciudades británicas donde también hubo manifestaciones este sábado. / efe
Sobre la COP26, cree que «hay una pequeña esperanza de que les entre en la cabeza y en el corazón que hay gente que quiere vivir limpia y sana». Se quejaba de que los Gobiernos chilenos son «empleados de los grandes grupos económicos» y hacen muy poco por el clima. Y respecto a la mención del colonialismo por los jóvenes activistas del clima, apuntaba: «Los estados ofrecen la Historia que les conviene».
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Para Oliver Bullen, de 27 años, ingeniero de 'software' en el sur de Inglaterra, «estar aquí es un deber moral para mí, porque el asunto del clima es cada vez más grave y estar aquí con toda esta gente nos permite presionar a los líderes del mundo». Llevaba con él la bandera de «Extinction Rebellion», un grupo que adopta actos radicales y polémicos como el bloqueo de carreteras.
A su juicio, la COP26 es »problemática, porque intenta encontrar soluciones a través de la estrecha lente del capitalismo y yo creo que hay otras soluciones, como ser guiados por el conocimiento indígena, cambios culturales, el decrecimiento en lugar de basarse en el crecimiento del Producto Interior Bruto». El grupo del que forma parte demanda la creación de una asamblea ciudadana por muestreo para tomar las decisiones.
Según Richard Hardy, secretario general de Prospect en Escocia, «la relación entre ecologismo y sindicatos ha mejorado; decimos que el ecologismo tiene que ser más rojo y los sindicatos más verdes». »Nosotros nos estamos manifestando aquí por una transición justa y por el empleo. Sin buenos empleos, el cero neto no ocurrirá», afirmaba. Los sindicatos escoceses consideran que en la COP26 no han sido escuchados.
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