Banzai, el recuerdo de un negocio que marcó a una generación Banzai, el recuerdo de un negocio que marcó a una generación
Si fuiste un joven que vivió los años noventa en San Francisco, muchascosas te marcaron. Desde los boliches como La Calle, La Nave y otros hasta lastiendas de ropa que le ponían mucha onda y estilo al vestuario.
No había Jeans como los Efesis, zapatillas como las John Foos o camisascomo This Week. Todas esas marcas dejaron una huella imborrable en la juventudde aquellos tiempos que encontraba en un local de la Galería Mayo lo que ya parecíaobligatorio para vestir.
Se trata de Banzai Exclusive Store (cuyo nombre al inicio fue Banzai RopaInformal), el negocio que nació en 1988, funcionando primero fuera del centropero que poco después se trasladó a bulevar 25 de mayo al 1600 robándose todaslas miradas por su arquitectura única, diferente y exclusiva.
La Traffic que recorría las calles de la ciudad y promocionaba el negocio más querido por los chicos sanfrancisqueños de la época.
Aunque su propietario lo vendió en 1996, Gustavo Tosolini lo recuerda conmucho afecto, ya que él era uno más de esos jóvenes que tenía el espíritu de lamoda a flor de piel, se animó a recorrer las calles de la ciudad con su Trafficploteada con las flores distintivas del logo de su negocio y no le tembló elpulso para traer a algunos famosos de aquella época.
A Gustavo, con 52 años, lo sorprendió la comunicación de esta periodistaque lo buscó para entrevistar. El vendedor está instalado en la ciudad deCórdoba con su familia, donde tiene su propia marca de ropa del género actionsports y disfruta de las serranías con su gran pasión, las motos.
Con emoción, Gustavo recordó aquellos tiempos. "Fueron tiempos hermosos.Tenía 19 años cuando lo abrí en 1988 y lo tuve hasta 1996, cuando lo vendí".
El entonces apenas adulto apostó por las marcas que en lo querían losjóvenes, que él si se animó a traer y a lo que los negocios restantes no podíancompetirle. "Teníamos las marcas más importantes como Efesis, This Week, JohnFoos, Tascani, Ona Saenz, Sail, Underground, Equilibrium, Oh Calcuta y muchasmás".
El éxito de Banzai estaba garantizado. "Ceo que porque al ser muy chico yoen ese momento, interpretaba lo que los chicos querían usar. Además, por laonda que había en el negocio, era todo muy relajado".
"Fue el primer negocio en San Francisco en el que no había mostradores,sino islas y la gente podía pasar y sacar ella misma la ropa de las estanteríaspara verla. Siempre buena música con buen sonido. Todos los detalles", confióel vendedor.
Lo de Banzai fue una locura en ventas. "Me acuerdo de una chica que despuésde mucho tiempo encontró ropa en el placar que compró en el negocio y nunca estrenó.¡Imagínate lo que vendíamos!".
"A los chicos y chicas les dábamos la seguridad que, al comprarnos ropa enel local, iban a estar usando lo que era moda en ese momento en las principalesciudades del país. Recuerdo que viajaba una vez por semana a Córdoba, a Rosarioy una vez al mes a Buenos Aires para tener lo último asique estábamos al díacon la tendencia".
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— Badger North is a badger Tue Jul 20 09:08:17 +0000 2021
Pero no fue fácil instalarse en la ciudad. "A veces me costaba que la gentese animara a cierta prenda, pero con el tiempo, todos querían lo mismo".
Banzai fue el primer negocio de la ciudad que no tuvo mostradores.
Visitas "famosas"
Pero no todo era ropa. En Banzai, las sorpresas no faltaban. Muchas vecesllegaron famosos de la época como los participantes de Jugate Conmigo. Unparéntesis merece la visita de Axel, un joven que estuvo en el programa deChris Morena y que hizo delirar a los clientes. "Recuerdo que ese chico iba a cantar antes dePatricia Sosa. Como necesitaba ropa, le dijimos que venga al negocio. Loanunciamos en 88.7 FM Galaxia y cuando vino, fue una locura. Las fanáticas seabalanzaron sobre el auto para verlo o pedirle un autógrafo".
Aunque todo funcionó exitosamente para el negocio, el show del joven noresultó ya que hizo playback y la gente lo abucheó.
"Generalmente, algún productor organizaba y me proponía un canje demercadería para el artista, a cambio de traerlo al local y firmar autógrafos".
Pero la fama no eran solo rostros conocidos. Por la ciudad se podía ver laTraffic ploteada de Banzai, además de escucharse incansablemente laspublicidades en FM Galaxia, la radio emblema de los jóvenes de entonces. Elmarketing era algo que Gustavo manejó a la perfección: "Trataba de imitar cosasque veía en Buenos Aires o en Córdoba Capital. Me parecía que, si funcionaba enciudades grandes, podía funcionar en San Francisco".
"Algo que siempre hacía era vestir al personal de las barras de losboliches con nuestra ropa y me parecía muy buena publicidad. En los picnics deldía del estudiante que eran multitudinarios, ponía carteles de las marcas y delnegocio y siempre había publicidades en la radio, es más, a veces hacían losprogramas de los sábados a la tarde desde el negocio mismo".
Algo muy gracioso que me solía pasar es que en pleno boliche venía un chicoo una chica y me pagaba una cuota de su cuenta corriente. El tema es que alotro día no me acordaba de quién era la plata o tenía más plata que antes desalir y eso que había gastado", contó entre risas.
Gustavo Tosolini junto a las empleadas en laprimera tienda de la ciudad que no tuvo mostradores.
Adiós, pero siempre presente
Luego de ocho años de trabajar sin parar, Gustavo decidió desprenderse dellocal. "Estaba cansado y tenía demasiadas responsabilidades. Lo vendí y decidívenirme a la ciudad de Córdoba para emprender otro trabajo"
Aunque cambio de rubro, la pasión por la venta de indumentaria nodesapareció y hoy, cuenta con su propia marca de ropa dentro del género actionsports. "En 2012 decidí volver a laropa, pero ya como representante mayorista de marcas. Estuve representando a lamarca Fox pero paralelamente comencé afabricar algunos artículos con la marca Cross Roads. Actualmente me dedico a lacomercialización de mi marca y algunas otras como distribuidor o vendedor".
Para el hombre, padre de tres hijos, Banzai "me marco porque era muy chicocuando comencé y fue prácticamente de casualidad. Vendí mi moto y con esedinero, empecé a viajar a Buenos Aires con un bolso y comprar ropa. Cuandollegaba, vendía todo en un día. Luego, fueron dos bolsos y paseaba con mi Citroën2 CV por todos lados para vender hasta que me dí cuenta que tenía mi propiolocal y dos empleadas. Todo fue muy rápido".
De Banzai, a Gustavo le quedó el aprendizaje para la vida que seguiría ysin lugar a dudas, dejando una huella en la vida de los jóvenes de los noventa."Me sirvió para aprender mucho y me dio mucha ´calle´, esos aprendizajes quehasta hoy me sirven para manejarme en la vida y para los chicos de la época,éramos parte de su rutina; de ir a buscar algo para estrenar el fin de semana. Loschicos llegaban de Córdoba de estudiar, compraban durante el fin de semana ylos lunes venían las madres a pagar. Fue una época inolvidable", concluyó.
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